junio 07, 2005

Rodajes (Abanico y Don Ramón)

Hoy voy a hablar de dos rodajes en un mismo post. Continuaremos explicando todo lo que ha habido alrededor del corto que yo he dirigido, y a la vez, hablaremos de la última experiencia en un rodaje el fin de semana pasado.

Abanicos:
El rodaje fue muy bien. Tres días de rodaje. Tres días de estrés por si todo salía bien o no. Primer día, rodaje de la escena abuela-niño. El niño estaba muy nervioso y se lenguaba la traba y tuvimos que ensayar bastante. La abuela, genial. A veces exageraba un poco, pero eso se puede solucionar en montaje.

Segundo día: Sonidista no aparece. Tensión. ¿Qué hacemos? Necesitamos el audio para poder montar. Pero se puede grabar más tarde. Así que nos decidimos y seguimos rodando. Toca escena abuela-chico. Lo rodamos todo e incluso rodamos planos del día siguiente. Todo va sobre ruedas. Pregunto a todo el mundo que les parecen los actores. La mayoría me dicen que lo hacen bien. Me asusto. ¿Realmente estará quedando bien? Es extraño que la gente no critique. Sigo asustado. Llega el sonidista. Se graba todo el audio que faltaba. Volvemos a ir según el plan de rodaje.

Tercer día: Rodamos por la mañana. Solo chico. Probamos un efecto de humo para que el ambiente esté más cargado. Ha sido idea de la directora de foto. Confío en ella y dejo que haga lo que quiera. Seguro que saldrá bien. Seguimos rodando. La cosa marcha bien. Asombroso. Y en ese momento me asusto porque después de tanto estrés, de tanta tensión, de no tener descanso, me doy cuenta que no quiero que termine. Que quiero seguir dirigiendo. Pero ya no es posible. El rodaje ha terminado. Esto me demuestra que en el fondo algún día intentaré ser director, porque me gusta. Y no quiero perderlo. Fin de rodaje. Aplausos. Todo el mundo está contento. Recogemos el material. El plató vuelve a quedar vacío. Como si nada hubiese pasado. Ni rastro del decorado. Ahora sólo podré ver mi obra a través de foto y del corto en sí. Sorprende ver que el cine en el fondo es esto, montar algo y luego desmontarlo. No existe. Sólo existe en una pantalla.

Don Ramón: Trabajo como ayudante de dirección. Como no estuve satisfecho con el planing que hicimos para Abanicos (ni yo ni mucha otra gente) hago un planing imitando a los planes de rodaje auténticos y todo el mundo me felicita. Se entiende todo a la primera. Me alegro.

Llegan los días de rodaje y me doy cuenta que ser ayudante de dirección puede ser más estresante que dirigir. Tienes que meter presión al director, al de foto, a los productores, a la dirección artística. A todos. Tienes que perseguir a la gente para que hagan lo que tienen que hacer en el menor tiempo posible. No podemos retrasarnos. No podemos perder tiempo. El primer día va todo genial. Acabamos con tres horas de adelanto. Segundo día con retraso.

Pero es el tercer día cuando más estrés hay. Tenemos muchos extras, tanto para la escena de la fiesta como para la reunión de las amigas de la mujer de Ramón. Se nota el ambiente más tenso. Todo tiene que ir bien porque ya no solo depende de nosostros, sino que tenemos a veinte personas que han venido para hacernos un favor. Me convierto en portero. Tu no entras, tu sí. "Por favor, no toquéis nada que es caro". "Silencio por favor". Al final conseguimos que todo el mundo entre en plató. Parece que se lo pasan bien. Suerte tienen que no saben todo lo que ocurre detrás. "Date prisa maquillando", "No tardés más con los focos", "Tienes que rodar ya", "Y el sonidista?" Todo esto mientras los extras están hablando y riendo. Pero si ellos no se dan cuenta de el trabajo que tienen la gente del equipo, es que estamos haciendo un buen trabajo. Rodamos. Todos hacen lo que tienen que hacer. Aplausos. El rodaje ha terminado. Cada uno a su casa y nosotros a continuar trabajando para dejar todo como si no hubiese pasado nada. El decorado desaparece. La magia del cine se esfuma. Y solo quedará en una cinta.

P.S.: Es la primera vez que vemos como dos actores se enamoran en un rodaje. Es tan mágico. El director me explica que los actores le han felicitado por el buen ambiente del rodaje. Es lo mejor que te pueden decir. Si se lo han pasado bien, es que todo ha ido sobre ruedas. Y eso después se notará en el corto. Para una prueba de que un mal ambiente puede estropear un corto, "Comedia en tres actos".

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